Los primeros hermanos que jugaron en Ferro fueron los Paganini, Juan y Pablo, en 1907, protagonistas ambos del primer partido oficial de la historia del club. Poco después, durante el Amateurismo, llegaron los Pini: Juan, Alfredo y Alberto. Más tarde estuvieron los Scursoni, los Moggio y muchos otros. Más acá en el tiempo, los Mazur, Rodrigo y Federico.
En los años 70s se produjo una situación que podría no tener antecedentes previos en la historia de la primera división. Dos casos de hermanos defendiendo los colores de un mismo cuadro en un mismo partido: los Arregui (Héctor y Carlos) y los Papandrea (Luis y Rubén). De los cuatro, el Chueco -ese 10 exquisito- había sido el primero en debutar: en 1968, con el equipo en la B. Luis Papandrea, gran marcador central, lo había hecho en 1972, ya en Primera; a Carlitos, campeón,le tocó un año después, y a Rubén Papandrea, también volante derecho, el que menos jugó de los cuatro, en 1975.
El partido de los cuatro hermanos se jugó el 17 de abril de 1977. Novena fecha del Metropolitano. Ferro venía en caída libre: un empate y 8 derrotas, incluyendo un 1-8 con Rosario Central en Caballito. La dupla técnica de Oscar López-Oscar Cavallero también debutaba ese día. El rival era All Boys, en su canchita de Floresta.
La dupla había empezado por por sacar al arquero Raúl Malavolta para poner a Ernesto Garín. Los Arregui se mantuvieron entre los titulares. Luis Papandrea, que había estado en el banco, entró por Alejandro González. Y su hermano Rubén salió entre los suplentes.
Es decir, en la primera mitad, jugaron 3 de los 4 hermanos: la los dos Arregui y Luis Papandrea. En el entretiempo, la Chancha salió por Eusebio Ibáñez. A faltando 15 volvieron a ser 3, porque Rubén Papandrea entró por Norberto Eiras para sumarse a su hermano y al menor de los Arregui. Histórico.
Ferro perdió 3 a 1. El único gol, el del empate transitorio, lo marcó justamente la Chancha. El equipo no ganaría sino hasta la fecha 11, con Boca, en Caballito y con gol de Carlitos. Pero el descenso sería inevitable.
El único caso posterior de cuatro hermanos jugando el mismo partido y para el mismo equipo es el de los Husaín (Claudio y Darío) y los Domínguez (Eduardo y Federico) en el Vélez de fines de los 90s.