1930 // FERRO SE RETIRA DE LA CANCHA COMO PROTESTA CONTRA EXCURSIONISTAS
Durante el amateurismo era bastante habitual que los partidos terminaran antes de tiempo por algún incidente. Solo en 1930 -último campeonato antes del inicio de la era profesional- se registró una decena de casos por situaciones tan diversas como peleas a piñas entre los equipos, futbolistas que se negaban a salir habiendo sido expulsados o virtuales abandonos por goleada. Ferro no fue la excepción: en la fecha 17, indignados con el arbitraje, los jugadores se retiraron del campo a los 5 minutos del segundo tiempo.
Fue contra Excursionistas, en la canchita en Pampa y Miñones, el 9 de noviembre. El resultado registrado hasta ese momento, 1 a 1, quedó en suspenso hasta que la Asociación Amateurs Argentina de Football declaró formalmente ganador a Excursio por la renuncia de Ferro a continuar el juego.
El actor principal de la disputa fue el arquero Francisco Ángel Santoro; su antagonista, Alberto Rojo Miró, de los jueces más polémicos de su tiempo, policía de profesión y con fama de severo. Ninguno de los dos equipos estaba haciendo una buena campaña ese año. Esa tarde de calor, Salvador D’Alessandro abrió el marcador para Ferro y José Galeano empató para el local. Todo estalló con una mano en el área de Roque Calocero y el consiguiente penal sancionado por Rojo Miró.
Lo tenía que ejecutar Ernesto Belis, el goleador de Excursionistas que más tarde jugaría el Mundial del 34 para Italia. Pateó “recto y bajo”, según la crónica de un diario de la época, y Santoro le atajó el tiro “luego de adelantarse y desplazarse ligeramente”. Rojo Miró ordenó patearlo de nuevo, a pesar de las protestas del arquero, de sus compañeros y parte del público; fue Belis, otra vez, y se mantuvo firme Santoro: “nuevamente la detuvo, después de realizar rápidos movimientos laterales”, destacó La Prensa. El árbitro entendió que el arquero se había vuelto adelantar y resolvió darle a Belis nada menos que una tercera oportunidad.
Pero Santoro se negó de plano y a los gritos. Y el área de Ferro se convirtió en un remolino. Los hinchas quisieron derribar un alambrado, al punto que uno logró saltar a la cancha e intentó agredir a Rojo Miró. Imprevisto final del partido: suspensión y una escolta de la comisaría 31 para el árbitro.
Santoro -padre de Miguel Ángel, estrella del arco de Independiente tres décadas después- era bastante bueno para los penales: en los 58 partidos que atajó en Ferro, contuvo 3, lo que no incluye -por supuesto- los dos que dejó sin efecto Rojo Miró. En la fecha siguiente, volvió a estar en el arco sin que siquiera lo suspendieran.
Fuentes
Archivo Pablo Abiad, archivo El Mundo, archivo La Prensa, Excursio1910, Luis Colussi y otros: “Fútbol argentino: Crónicas y Estadísticas» (1930)