La anécdota es una declaración de principios para cualquier hincha de Ferro. Gerónimo Luis Saccardi estaba para volverse ya del Hércules (España), en 1979, cuando Boca lo quiso tentar con los billetes y con la pompa; Cacho ni lo pensó: agradeció y explicó que tenía un compromiso con su sangre, que -se sabe- era verde. Pero no fue esa la primera vez que Boca se lo quiso llevar...
El 18 de mayo de 1975, Ferro fue local en Caballito. Era el equipo revelación del Metropolitano, tercero en la zona A, con Don Victorio como técnico. El rival de esa tarde era justamente Boca, que -en cambio- andaba perdido por la mitad de la tabla. La revista partidaria El Boquense cubrió el partido y se la jugó con su título de tapa pensando ya en el siguiente campeonato: "Saccardi o Asad para el Nacional".
La foto de portada fue para Hugo César Alvez, Luis Alberto Gerez y Ricardo Heriberto Bertole, prueba viva de que Boca necesitaba incorporaciones de calidad. En la contratapa, el título fue: "Se actualiza un sueño de Rogelio Domínguez", el entrenador de Boca en ese entonces. Y ahí sí aparece la imagen de Saccardi, con la mítica camiseta naranja -aunque la revista era en blanco y negro- de aquel gol de palomita en cancha de Rosario Central.
El otro refuerzo del que se hablaba era Julio Asad, de Vélez. Dice El Boquense: "Los dos tienen la categoría futbolística necesaria para vestir la camiseta azul y oro y destacarse porque en sus respectivos clubes han rendido satisfactoriamente". Obvio: con su despliegue y su amor propio, Cacho la hubiera descosido en Boca. En el libro El último guerrero romántico, la biografía de Saccardi escrita por el periodista Pablo Cavallero, se relata que la misma revista ya había señalado a Cacho como refuerzo seguro un año antes, junto con Cucurucho Santamaría, ex Newell's.
En las fotos del empate de 1975, en el Templo de Madera, Cacho aparece persiguiendo al Chino Benítez. Al lado, sus amigos Chupamiel Franco y el Burro Rocchia lamentan el empate de Boca, que algunos gritan de fondo en la platea.
