En los 80s no era fácil conseguir prendas de Ferro ni de ningún otro cuadro que no fuera River, Boca y alguno más. Hoy, en Argentina y en cualquier lado, cada equipo tiene su camiseta titular, la alternativa, la alternativa de la alternativa, cada una con su pantalón -con o sin número- y par de medias. En la planta baja de la sede del club, caminando desde el hall de acceso hacia el gimnasio, había un pequeño negocio que ofrecía algunas cosas, desde remeras para la colonia de vacaciones hasta buzos con esa cursiva en la espalda que identificaba a nuestros deportistas. Ahí se vendían, también, banderines como este, que pasó por todo el plantel de fútbol.
Por los nombres que se alcanzan a distinguir, tiene que haber sido en 1980. Se ve, por ejemplo, la firma del Negro Apariente, que dejó el club a fin de ese año. También aparecen la de Cacho Saccardi, el Ciruja Garré, el Cabezón Cúper, el Beto Márcico, Palito Brandoni. En algún lado se lee Mario (¿Gómez?). También aparece el juvenil Juan Carlos Lamolla. Y Pipo Tursi, que atajaba en la Reserva. Y más cracks de entonces.
Fue una época de recambio, con la llegada del Maestro Timoteo, la salida de algunos jugadores grandes y la consolidación de otros más jóvenes que venían del ascenso en 1978.