El 13 de septiembre de 1959, Ferro le ganó 3-0 a Lanús como visitante con 2 goles de Antonio Garabal y uno del uruguayo Julio Orfilio Acosta. Fue el octavo partido consecutivo sin perder, en el marco de la racha invicta más extensa del club hasta ese momento: 10 victorias, 7 empates y cero derrotas, con un promedio de 2 goles anotados por encuentro. Esa semana, la revista Mundo Deportivo escribió esto: "El trabajador e inteligente coatch (sic) de Ferro, José Scalise, ha modelado un magnífico conjunto. Su mérito consiste en haber dado forma al valioso material con el que contaba. Todos los integrantes del equipo juegan con una concepción clara de su obligación de profesionales. Existe un perfecto ensamble en sus líneas, donde no hay protagonistas y partenaires".
Ferro fue el equipo revelación de esa temporada precisamente por haberle dado espacio a los jóvenes que venían rindiendo y por haberle agregado las contrataciones adecuadas. Uno de esos refuerzos de valor fue Arnaldo Balay, a quien Mundo Deportivo distinguió con su portada después de ese triunfo en Lanús.
Balay venía de Racing, donde había sido campeón el año anterior. Centre half fino, se caracterizaba por salir siempre jugando, incluso al borde del peligro, y por no pegar patadas. Nunca lo expulsaron en toda su carrera, a pesar de que ponía pierna fuerte cada tanto. Ferro fue su último club como jugador profesional.
En un reportaje que le dio a Crónica en 1998, Palito Balay contó que al año siguiente se fue a jugar a Tres Arroyos y Olavarría, en ligas locales con menos presión y buena paga. El apodo de se lo puso su compañero de Racing, Mario Boyé, el Atómico, justamente por lo delgado.
Al llegar a Ferro, Scalise lo puso enseguida de titular y armó una línea media con Franciso Devita a la izquierda y Juan Andrés Ríos, Norberto Calviño o Juan Carlos Barberis a la derecha. Acosta fue el goleador del equipo ese año, con 10 tantos; lo mismo que el tucumano Ernesto Juárez. Más atrás jugaba Silvio Marzolini, en su debut y despedida del club, y en el arco, un juvenil Tano Roma; juntos se irían a Boca al año siguiente.
Después de ganarle a Lanús, Ferro quedó octavo. Terminaría cuarto, la mejor actuación lograda hasta ese momento.