El partido más importante de la historia de Ferro, el 24 de mayo de 1984, tuvo 33 minutos en los que Timoteo y su ballet hicieron un fútbol perfecto. Demolieron a River de manera sistemática, arrolladora y definitiva. Fueron uno, dos, tres goles que definieron la serie, a la que todavía le quedaba una clase magistral en Caballito. Inolvidable.
El Mudo Aleva, fiel a su costumbre y al revés que la mayoría de los fotógrafos, se ubicó detrás del arco rival. Su cámara registró todo: en el video del partido se lo alcanza a ver firme, acompañando cada gol con un flashazo.
Minuto 3. Oscar Agonil desborda por la derecha y ejecuta uno de esos centros que le salían como con compás. El Fino Cañete viene bajando, primerea a Jorge García y la pone entre el palo y el arquero Nery Pumpido. 1 a 0.
Minuto 20. Beto Márcico, todavía en campo propio, pica un pase que le pasa por arriba a todo el medio campo de River. El misionero Noremberg la entiende al vuelo, mira de reojo como la pelota pica dentro del círculo central y sale disparado tras ella. Cuando Pumpido lo quiere cerrar, el amague de Noremberg lo deja tecleando y regalando el arco. El arquero apenas si sale en la foto... 2 a 0.
Minuto 33. Jugada de flipper por la banda izquierda que termina con Beto Gargini entrando al área y revoleado por el Tolo Gallego. Penal. El Beto Márcico anota el gol que merece. 3 a 0.
El resto del partido fue esperar la hora. La hora más gloriosa de la historia de Ferro.