El jueves 28 de diciembre de 1933, Ferro conoció el estadio Centenario, en Montevideo. Fue para disputar el noveno partido internacional de su historia, que a la vez fue el quinto contra Peñarol, el club de origen ferroviario al otro lado del Río de la Plata. El resultado fue el mismo que en casi todas las oportunidades anteriores: derrota.
Peñarol venía de ser campeón uruguayo de 1932 y todavía peleaba, en una definición histórica con Nacional, el torneo de 1933. Siempre más modesto, Ferro acababa de finalizar en el puesto 11 en la -así llamada ese año- Liga Argentina de Football. El resultado de este amistoso fue un categórico 0-4.
Los antecedentes eran un 0-5 en Caballito, en 1908, cuando Peñarol todavía era el Central Uruguay Railway Cricket Club (CURCC); un 0-1 en la revancha, en el viejo Gran Parque Central, el mismo año; un 2-2 y un 0-4 en 1909, también en el Parque Central, y un 2-3 en el Belvedere, en 1913.
El plantel de Ferro viajó en el Vapor de la Carrera el día anterior. La crónica de La República dice que se trató de “un encuentro que no tuvo mayor desgaste de técnica y armonía”, a pocas horas de Año Nuevo.
El Centenario -escenario de la final de la primera Copa del Mundo- tenía solo 3 años de estrenado. Una foto del equipo de Ferro que jugó ese día (Nicolás Infante, Agustin Chapuis, el arquero Atilio Patrignani) fue convertida en esta postal, fechada en el mismo estadio y enviada a Buenos Aires,