¿Qué si iban a ser capaces?...
Llegando a la fecha 12 del campeonato de 1935, Ferro estaba haciendo una campaña de mitad de tabla, pero de a poco empezaba a conformar la que sería la mejor delantera de su historia hasta entonces. Enfrente, Boca tenía a Domingos Da Guia en el fondo, a Ernesto Lazzatti en el medio y al Machetero Benítez Cáceres adelante: era el campeón defensor y marchaba puntero.
El sábado anterior al choque entre ambos, el diario La República le puso clima al partido con las caricaturas "del once superior de Ferro, players que están de moda". El técnico era Serafín Dengra -el abuelo de Never Pony- y el equipo venía de golear a Tigre y de derrotar a San Lorenzo en el Gasómetro.
Ferro-Boca recaudaron $ 21.540, el monto más alto del año en Caballito. El árbitro fue Celestino Destaillats.
A los 4 minutos, primer estallido: Ramón Villagra captura un rebote, le da con la derecha como un fierro y vence a Luis Pardiés. Apenas 10 minutos más tarde, otro rebote, que esta vez encuentra Bernardo Gandulla y también manda a la red. Boca descontaría a través de un cabezazo del paraguayo Benítez Cáceres, que años después jugaría en el club. Pero Nicolás Infante pondría el 3-1 antes del entretiempo con otro tiro desde afuera, que pegó en el palo y dejó sin chances al arquero.
En el segundo, Boca se desperezó y lo dio vuelta. Dos goles de Benítez Cáceres y uno de Provvidente, de cabeza. Ferro pasaba de ir dos goles arriba a quedar abajo 3-4... El arquero era Atilio Patrignani.
Pero faltaba responder la pregunta que el día anterior había formulado La República... Para eso, cuando faltaban 7 minutos, apareció Miguel Garavano con un bombazo de 40 metros. Y 4-4.
Los 11 que le jugaron de igual a igual a Boca fueron, en el orden que le puso Ríos a sus caricaturas, los siguientes: Antonio Crosa, Arcadio López, Garavano, Patrignani, Agustín Chapuis, José Della Torre, Infante (que no figura en el epígrafe del diario), Villagra, Oscar Barralía, Bernardo Gandulla y Raúl Emeal.
Ferro siguió la temporada de manera irregular, pero cosechó algunos buenos triunfos. El octavo puesto al terminar el torneo fue la mejor colocación hasta ese momento en el Profesionalismo.