Algunos de los que iban a la vieja tribuna local, la de madera y el ingreso por Avellaneda y Paysandú, tenían una rutina para festejar los goles: bajaban corriendo los tablones, cruzaban a lo ancho la cabecera, se trepaban al alambrado y los gritaban ahí, colgados. El 20 de mayo de 1990 se jugó la última fecha del campeonato 1989-90, Ferro le ganó 2-0 a Independiente y el Mudo Aleva registró así ese momento. Todos trepados por el gol.
Pudo haber sido el primero (el Negrito González a los 27 del primer tiempo) o el segundo (Ricardo Kuzemka a los 35 del segundo). Con este resultado, Ferro redondeaba una buena actuación en el torneo, con un sexto lugar que, sin embargo, no le alcanzaba para entrar a la Liguilla Pre-Libertadores. Independiente, dirigido por el Indio Solari, venía de ser campeón y estaba saliendo segundo, debajo del River de Daniel Passarella y arriba de Boca.