De los casi 150 futbolistas que salieron de las divisiones inferiores de Ferro, Emerson Mariano Panigutti es el que jugó en mayor cantidad de países: siete distintos. Delantero, en el club alcanzó a disputar nada más que 4 partidos hacia en final del equipo de Cacho Saccardi. Pero dejó Caballito y se le abrieron puertas y redes.
Nació en Hersilia (Santa Fe) en 1976. Anduvo por Venezuela, Malasia, Colombia, México, Perú, Ecuador y Chipre; jugó cuatro copas Liberadores, una Sudamericana y una Mercosur. Retirado, se sumó al grupo de Ferro Seniors -que compite en una AFA- y se dedicó a la dirección técnica; en 2021 logró el ascenso a la Primera Nacional como ayudante de campo de Aníbal Biggeri en Triustán Suárez.
Emerson Panigutti llegó a Ferro desde Renato Cesarini (Rosario) por recomendación de Martín Vitali, su compañero en un departamento que el club le dio entonces frente a la sede de Cucha Cucha. "Era un grupo muy lindo. Los más chicos teníamos la protección y las enseñanzas del Gordo Cordon y Mario Marcelo", recuerda.
Debutó profesionalmente en agosto de 1998: jugó 25 minutos, con la camiseta número 23, en lugar de Ariel Giaccone. Enseguida lo dieron a préstamo a Deportivo Italiano. Tuvo un paso breve por Arsenal y en 2000 le salió la primera experiencia internacional: Estudiantes de Mérida, en Venezuela.
En adelante, los goles fueron la carta de presentación de un destino al otro. Al año siguiente, Panigutti jugó un tiempo en Nacional de Táchira y en 2003 saltó al colombiano Deportes Tolima, un mercado más grande, donde se reencontró con Mariano Fossas y Andrés Mércuri, otros ex Ferro por el mundo. En Tolima no le fue bien, pero significó el paso previo a una escala nueva y de moneda dura: Kuala Lumpur FA, en Malasia.
Esa etapa -en la que tuvo su mejor promedio de gol según el sitio BFDA- lo llevó de regreso a Venezuela para romperla en la Libertadores. Con el Deportivo Táchira marcó 4 goles y logró la mejor posición histórica en la Copa de un equipo venezolano: cuartos de final, eliminado por el San Pablo (Brasil).
Entonces surgió una oportunidad en la segunda división mexicana con el Mérida FC, filial del Atlas. Duró seis meses, que lo llevaron de nuevo a una competencia internacional, la Sudamericana, con el Atlético Sullana, de Perú. Ahí Paniguttui hizo dos goles más y lo llamaron de Ecuador.
En Ecuador tuvo dos etapas: la primera en el Deportivo Quito y la segunda en la Universidad Católica, donde convirtió 17 goles más en la liga. Esos goles rebotaron en Argentina: lo convocó Ben Hur (Rafaela), para el Nacional B. Hizo otros 4 en 13 partidos que derivaron en la última parada internacional: Chipre.
Panigutti jugó en el tradicional Olympiakos de Nicosia entre 2007 y 2008. Aterrizó cerca del final del torneo con el equipo casi descendido y aportó 4 de sus goles para dejarlo en Primera. Y se volvió a Argentina para retirarse en Olimpo (Bahía Blanca), en septiembre de 2001, en la A y contra Boca.
En toda su carrera jugó un total de 323 partidos. Hizo 102 goles oficiales, entre ligas y copas. En su casa, las camisetas de cada los clubes que defendió están colgadas así de prolijas en una pared. La de Ferro se ve bien arriba.
-¿Qué herramientas te dio para tu carrera la formación que recibiste en el club?
-Dos cosas. La idea de que con esfuerzo todo se puede y el respeto por cada persona que uno tiene al lado.