Cruzamos la Cordillera, copamos el Maracaná. Y sufrimos descensos que nos llevaron a patear barro en canchitas que nunca hubiéramos querido conocer. Alumbramos cracks, le pintamos la cara a todos los grandes. Forjamos una verdadera escuela. Nunca pudieron quebrarnos. Sí, es posible que la cuenta final arroje más desilusiones que alegrías. ¿Y? Si no hay nada más lindo que ser de Oeste… Desde 1904 hasta hoy, tenemos miles, miles y miles de historias. Grandes y chiquitas; de gloria y de las otras. Vamos a investigarlas y a contarlas acá.
En 1908, Ferro tuvo un equipazo que casi asciende a Primera División a muy poco de embarcarse en las competencias […]
Herminio González fue ídolo en Boca. Un ídolo difícil: desfachatado fuera de la cancha, con la pelota era tremendamente habilidoso, egoísta e […]
La crónica del diario El Mundo del 5 de diciembre de 1955 empieza así: "Ferro C. Oeste inició la lucha con […]