Hubo varios delanteros de Ferro a los que el Maestro Timoteo les cambió el puesto y los pasó a marcar punta. Oscar Agonil, por ejemplo, jugaba de 7 en Rosario Central y fue una pieza clave de la defensa-ataque en sus años en el club. Más tarde, el Pepe Forte, muy veloz, también fue improvisado como lateral izquierdo, igual que el Cabezón Alegre, que arrancó jugando como volante ofensivo o media punta. Daniel Osvaldo Fernández fue otro de esos casos: empezó como delantero por derecha en el 84 y terminó jugando de 4 hasta 1992.
Tenía un gran apodo: Carpecho, en homenaje a un pajarito que suele andar por Monte Maíz, en el norte de Córdoba, desde donde llegó a las divisiones inferiores de Ferro. En el partido que registra esta foto de la agencia Telam, sin embargo, jugó como atacante, pero las circunstancias lo llevaron a este cruce sobre Walter Fernández, número 11 de un Racing importante, que meses antes había ganado la Supercopa.
El partido se jugó el 25 de septiembre de 1988, en el Templo de Madera, por la fecha 3 del torneo. Dirigido por Coco Basile y con el Pato Fillol en el arco, Racing venía de ganar los dos primeros partidos; Ferro había empatado con Newell’s y perdido con Gimnasia (La Plata). Fue el campeonato en el que se le concedió un punto extra, en el caso de los empates, a quien ganara una serie por penales.
Este terminó 1 a 1, con un gol de Cepillo Acosta y el empate de Norberto Decoud. En los penales, Racing ganó 4-2 y Carpecho Fernández fue uno de los que falló su tiro.
Archivo General de la Nación