La temporada de 1937 quedó en la historia de Ferro por la conformación de La Pandilla, la delantera más famosa del club hasta que emergieron las estrellas de Timoteo. El equipo terminó noveno y, gracias a sus atacantes, logró su récord de goles convertidos en el profesionalismo: 79, a razón de 2,32 por partido.
La defensa, por cierto, no era igual de eficaz. Pero tuvo jugadores destacados como los que la revista La Cancha reconoció en su primera tapa de 1938: Miguel Ángel Garavano y José Guillermo Agnelli, compañeros en el fondo de la cancha. En muchas ocasiones jugaron juntos; en otras se reemplazaron el uno al otro.
Garavano había recorrido las divisiones inferiores del club, debutó en Primera en 1934 y se convirtió en el primer jugador en vestir 300 veces nuestros colores. Agnelli jugó mucho menos; al año siguiente de esta tapa, se escapó a Brasil con otros jugadores de Ferro -incluyendo dos integrantes de la Pandilla- y allí terminó su carrera.