1992

"Olé, olé, Gordó, Gordó"

Jorge Luis Cordon es heredero de una tradición. Hijo de las divisiones inferiores, fue ejemplo de sacrificio y de compromiso en su época de jugador. Ahora, como entrenador, le ha tocado poner la cara en momentos difíciles y, muy especialmente, transmitir esos valores a los futuros futbolistas del club. Porque el Gordo es Ferro.

Fue Timoteo el que lo llevó a Primera, en 1992. El día que le tocó ir al banco de suplentes por primera vez (un 0-0 con Velez, fecha 13 del Clausura) entró faltando un cuarto de hora en lugar de Pepe Forte. Cordon era el volante justo para cortar en el medio y para tratar de cerrar los partidos. En ese mismo campeonato terminó como titular, con la 8.

La foto del Mudo -el Gordo con la camiseta 13- pertenece a otro 0 a 0. Contra Gimnasia La Plata, en el Bosque.

Jugó un total de 244 partidos hasta 1999, que se fue por un año a Chacarita. Fue capitán. Hizo 11 goles; el más recordado, uno a Huracán, que sirvió para dar vuelta el resultado y para asegurar un año más en la A.

Y volvió. Jugó ese año horrible en la B Nacional, que terminó en el segundo descenso consecutivo de Ferro. Era el más veterano del plantel.

Más tarde tuvo un paso fugaz por el Cádiz (España), por Acassuso y por Defensores de Cambaceres (en la C).

Como entrenador se inició en Racing, como parte del plantel de los juveniles. Y en 2016, volvió. Porque el Gordo es Ferro.

12 de septiembre de 2018

Opiniones