Habían pasado 9 años del último campeonato nacional y el Ferro de Timoteo seguía dando pelea. El 24 de octubre de 1993, fecha 7 del Clausura, el equipo dio el batacazo en La Plata: le ganó 2-0 a Gimnasia y quedó puntero. Las dos revistas deportivas de la época lo reflejaron con dobles páginas en las que, por supuesto, Carlos Griguol aparecía como el responsable de un logro que, tras casi dos décadas en el fango del Ascenso, parece una hazaña.
Ese Ferro había tocado la cima de la tabla dos fechas antes, al ganarle 1-0 a Banfield en su cancha con gol de Pepe Forte; en ese caso, compartió la punta -por solo una fecha- con Racing. En la sexta fecha perdió 1-0 con Independiente. En la siguiente, los goles a Gimnasia se los hicieron la Ñata Madrini, de cabeza a los 16 minutos del segundo tiempo, y Miguel Vargas, faltando un minuto, con un derechazo tras arrastrar a dos rivales. En ese caso, Ferro quedó primero con Lanús.
Emociona el grito de gol que se oye de fondo en las imágenes del partido. "Ferro no tiene muchas situaciones, pero cuando se le presenta alguna, casi siempre la aprovecha", decía el Viejo Timoteo en El Gráfico. Y en Goles: "Los chicos agarraron el ritmo y saben lo que hacen. Tienen espíritu y ganas. Todavía falta mucho, pero los pibes crecen...". En ese plantel estaban el Mono Burgos, el Ratón Ayala, el Gordo Cordon, el Negro González, Mario Pobersnik; también el Ciruja Garré, cerca de retiro, y el Colorado Sava, haciendo sus primeras armas en Primera.
En la fecha 8, Ferro empató con Huracán y cedió el primer puesto. Terminó décimo, a fuerza de algunos empates. Otra época: de los 11 titulares, todos eran surgidos de las divisiones inferiores del club.
