1982

La huella del Tata

José Luis Brown dejó su marca en Ferro. Asumió como director técnico el 12 de mayo de 2007 y le tocó hacerse cargo de la pesada herencia de su amigo Oscar Garré: 5 partidos sin siquiera convertir un gol y la sentencia de jugar una promoción dramática para evitar el segundo descenso a la Primera B. Con el Tata, Ferro estiró la racha sin goles a 8 partidos. Pero llegó a la última fecha del torneo con una inesperada victoria de visitante y un moderado optimismo para encarar esa serie crucial.

El rival fue Estudiantes (Buenos Aires), que venía de ganar el Reducido de la B Metropolitana. El Tata Brown, que antes había entrenado a Los Andes y a Nueva Chicago, alcanzó a meter mano prudente en el equipo, que tampoco daba para mucho: Chiche Migliardi en el arco, la pachorra de Julián Kmet, Damián Akerman como principal herramienta ofensiva... Con el esfuerzo de algunos pibes de club, se ajustaron las piezas necesarias para empatar 0 a 0 en Caseros y 1 a 1 en Caballito, con un gol del Rana Barale que todavía no tuvo el homenaje que merece.

Para la temporada 2007-08, la siguiente, Brown procuró armar un equipo con más ambiciones. Duró apenas una rueda... Volvería a Ferro por otro tiempo, no mucho más largo ni más exitoso, en 2013. En total, dirigió al equipo en 45 partidos, de los cuales ganó 12.

José Luis Brown había nacido en Ranchos (Buenos Aires) el 11 de noviembre de 1956. Fue gran figura de ese Estudiantes (La Plata) que se convirtió en animador de los torneos con el Ferro de Timoteo. Capitán, como Cacho, el Mudo Aleva los retrató una tarde de 1982, antes de jugar por la fecha 8 del Metropolitano, con el árbitro Pedro Feola en el medio, un comisario deportivo completando la escena y, de fondo, el Templo de Madera repleto para ver ese clásico de los 80s.

16 de diciembre de 2019

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