Hugo Romeo Guerra Cabrera -más conocido por sus dos primeros nombres que por sus apellidos- no tuvo un paso especialmente destacado por Ferro. De hecho, fue protagonista estelar de la delantera que batió el maldito récord de 875 minutos sin convertir. Pero hizo un gol que se gritó como varios goles: a Vélez, para abrir el camino a una victoria inolvidable con Cacho Saccardi como técnico.
Fue el 4 de octubre de 1999; fecha lluviosa de un Apertura que venía mal pisado. Ferro no ganaba desde la última fecha del campeonato anterior: cuatro meses sin una alegría. Esa tarde, a los 18 minutos del primer tiempo, Mario Grana arrancó una diagonal en el medio de la cancha, pispeó el área de Vélez y le puso un pase geométrico al número 34, Hugo Romeo. Guerra llevaba hecho un solo gol. Giró dentro del área, espero el paso al frente del arquero De la Fuente y se la cruzó con la zurda.
El mismo Grana aumentó el marcador apenas empezado el segundo tiempo. Darío Husaín descontó. Pero Ferro aguantó y fue una fiesta: 2 a 1 en el Clásico y todos a abrazar a Cacho.
Guerra jugó un total de 29 partidos en el club. Uruguayo, había surgido en Gimnasia (La Plata) y tuvo su mejor momento en el Boca de Bilardo. De Ferro se fue a jugar a Almirante Brown de Arrecifes, la ciudad en la que falleció