El Ferro de 2000 no solo era flojísimo, sino que además anímicamente jugaba estaba siempre para el cachetazo. El 4 de noviembre de ese año, por la fecha 11 del Nacional B, recibía a Nueva Chicago con un mínimo de esperanza. Jorge Castelli había asumido cuatro partidos antes y, si bien el equipo venía de perder (0-2 con Quilmes), antes había ganado dos veces seguidas (ambas 1-0, contra Tigre y Arsenal), lo que entonces era prácticamente un milagro.
No solo perdimos contra Chicago: entramos, además, en una racha de 13 jornadas sin ganar que desembocó en el segundo descenso, el momento más triste de la historia del club. Fue 1-2, con un descuento del Pelado Meijide, todo un símbolo del Ferro de esa época.
Los jugadores salieron a la cancha con este cartel, no se sabe si con un pedido de paz para el mundo o para el club, entonces al borde de la quiebra. Como Chicago jugó cónsul colores tradicionales, salimos con la alternativa -la del Aston Vila– marca Sport 2000, que era lo que había. Estos fueron los once: Wilson Junior; Cristian Ayala (en lugar de Coco Reinoso), Cristian Tula, Fernando Figini y Meijide; Andrés Grande, el Gordo Cordon, Pablo Mannara y Oscar Acosta (por Mario Grana, expulsado); el paraguayo Edgar Bogado y el Pájaro Figún.