En los años 90s, Ferro jugó más partidos internacionales que en ninguna otra época. Lógico, era la época de la paridad 1 a 1 entre el peso y el dólar y el fútbol argentino cobraba las últimas rentas del prestigio de la selección nacional. En junio de 1992, Timoteo y sus muchachos hicieron un viaje a un destino poco habitual: Honduras. Esta foto que sacó algún integrante del plantel es un recuerdo de esa gira.
Los jugadores y el cuerpo técnico posan en el estadio Nacional de Tegucigalpa. Arriba, el Bocha Biazzotti, el Indio Molina, Griguol, Sergio Mandrini y Mario Pobersnik; en el medio, el Ratón Ayala, el Mono Burgos, el profe Luis Bonini, el Negro Santillán, el Sapo Ottero, el doctor Enrique Rottemberg; abajo, el Nuno Molina, Lechuga Radaelli, el Negrito González, el Ciruja Garré y Miguel Ortolá.
Ferro jugó dos partidos contra la selección de Honduras, que era la subcampeona de la Concacaf. En ese estadio, perdió 1 a 0 con un gol de Eduardo Bennett, el Balín, que el año siguiente vendría al país para jugar en San Lorenzo. La revancha se jugó a los dos días en San Pedro Sula y la derrota fue por 2 a 1, con tantos de César Obando, Nicolás Suazo y el descuento de Garré.
No fue la única vez en la historia que Ferro jugó disputó una selección nacional. Sin contar varios entrenamientos con Argentina en distintas épocas, jugó contra Uruguay, Chile, Bolivia, Paraguay y Antillas Holandesas.