Una vez que se consolidó en el verde, una década después de la fundación del club, Ferro usó diferentes modelos y colores alternativos a lo largo de la historia. Desde la borravino en recuerdo de la casaca original -igual que la del Aston Villa londinense- hasta una negra bochornosa de Reusch, pasando por un curioso homenaje al Estudiantes campeón del mundo en los 60s, otro a Los Pumas, un naranja holandés en los 70s y una amarilla directamente escandalosa en los 90s. Pero nuestra verdadera camiseta suplente fue siempre la blanca.
Esta, a su vez, tuvo distintos modelos según los años. La blanca suplente que entregó Topper para la fecha 28 del Metropolitano de 1983 es, posiblemente, de las más curiosas. Los vivos son oscuros; tanto que parecen negros. Ese día, Ferro jugó de local contra Nueva Chicago, por eso se vio obligado a cederle el verde al visitante. Ganó 1 a 0 con un golazo de Oscar Acosta.