Ahí en el piso está, vencido, el grandísimo Amadeo Carrizo. La tribuna de Ferro ya explotó en un grito enorme: golazo de Carlos Alberto Vidal, un pibito de 17 años que había debutado hacía dos semanas y pintaba bastante bien… Su cabezazo valió un triunfo contra River. El Goma siempre cuenta que, terminado el partido, Amadeo le acarició la cabeza y lo felicitó. Jugó en Ferro hasta 1979 y, desde ese día, el Goma no paró de hacer goles: hizo 108.