Después del fracaso argentino en Suecia 58, River y Boca pretendieron iniciar en los torneos locales la era del Fútbol Espectáculo con la contratación de varios extranjeros. Para el Mundial de 1962, la moda había pasado y los clubes más poderosos del país ya se dedicaban a drenar los planteles de los más chicos. Ese mismo año, sin embargo, Ferro incorporó a cinco futbolistas sudamericanos y un técnico húngaro, que -sumados a los interesantes valores que ya integraban el equipo- presagiaban una temporada con resultados positivos.
Una buena razón para comprar un abono a platea… En aquellos tiempos, el sector estaba en el mismo lugar que hoy, en los laterales. Pero todavía no había ninguna estructura de cemento.
El campeonato de 1962 arrancó confirmando los buenos augurios: 1 a 0 a San Lorenzo, gol de Alfredo González tras pase de Antonio Garabal. El entrenador Dan Georgiadis -que ya había dirigido en el continente- dispuso que fueran titulares el peruano Isaac Andrade y el boliviano Wilfredo Camacho; a su vez, el peruano Carlos García Carrasco, el boliviano Ramiro Blacut y el brasileño Edmil Fernandes (Ararás) fueron entrando y saliendo en los partidos siguientes, igual que el argentino Carlos Di Lorenzo, procedente del Bolívar de La Paz.
Después del debut, Ferro cosechó dos empates 1 a 1, con Rosario Central y con Gimnasia La Plata; en ambos casos con goles de González, delantero que se había iniciado en Almirante Brown y a esa altura era el goleador del certamen. Luego tuvo fecha libre y en la siguiente derrotó a Racing con un tiro de Héctor Carrasco. Y ahí Ferro entró a trastabillar.
Entonces regían los promedios del descenso -por último año de manera efectiva hasta su reinvención, dos décadas más tarde- y el equipo arrastraba sendos penúltimos puestos en los campeonatos de 1961 y 1960. Tenía a Roque Marapodi en el arco, a Alberto Mogaburu atrás y a Felipe Ribaudo y Miguel Tojo adelante junto con Garabal, más los refuerzos internacionales. Pero no logró ganar más que 8 partidos hasta el final del torneo, con una diferencia de gol de -17. Conclusión: a la B, junto con Quilmes, con poco para discutir.
Colección Pablo Abiad, Luis Colussi y otros: “Fútbol Argentino: Crónicas y Estadísticas (1931)”