1948-1950 // CARNETS DE LOS JUEGOS EVITA Y DE FERRO

Abran paso al pibe Garabal

Cuenta Antonio Héctor Garabal que desde muy chico supo que quería ser futbolista. Criado en Boedo, hijo de un obrero metalúrgico, era natural que fuera a probarse a San Lorenzo. El entrenador de turno enseguida detectó que pintaba para crack y lo puso a jugar varios partidos; un día con una camiseta de un color, otro día con una de otro color. A Garabal no le convencía que no le dieran la roja y azul a bastones verticales, que al final era la del club con el que simpatizaba. Entonces apareció un conocido de la familia, que trabajaba como sifonero y era delegado de Ferro.

-Tenés que venir a probarte cono nosotros, pibe -le dijo cuando lo vio hacer jueguito con la pelota.

-¿Me van a dar la camiseta que usan los jugadores de primera? -preguntó Garabal.

Y se la dieron. En la primera práctica lo recibió Carlos Calocero, un técnico-maestro de los que no hubo muchos. Lo hizo jugar 10 minutos: suficiente. A la noche, hablaron con el padre y lo ficharon para Ferro.

El primer carnet de Pistola Garabal fue de los Juegos Evita de 1948; su equipo se llamaba Universo. Tenía 14 años.

El siguiente se lo dio Ferro, por supuesto. Como jugador, Garabal integró famosas delanteras -que lo catapultaron al Atlético de Madrid y a la selección nacional- y fue director técnico. Sumando ambas condiciones, defendió la camiseta que vino a buscar en nada menos que 292 oportunidades. Un prócer.

28 de enero de 2018

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