La temporada 1991-92 tuvo en Ferro una particularidad: dos jugadores procedentes de Racing se sumaron a un plantel poco acostumbrado a incorporar refuerzos. Fueron Hugo Leonardo Pérez y Jorge Osmar Acuña. Los dos habían salido campeones de la Supercopa en 1988. Se hicieron titulares enseguida: Perico Pérez, un 5 de gran técnica y pegada exquisita, tuvo un buen nivel; Camote Acuña fue un poco menos regular y terminó peleado con el cuerpo técnico. Ferro redondeó ese año dos campañas bastante regulares, con un puesto 11 tanto en el Apertura 91 como en el Clausura 92, torneos que ganaron respectivamente River y Newell's.
El técnico de Ferro, por supuesto, era el Maestro Timoteo. El arquero, una fija: Fabián Cancelarich; el Mono Burgos ya había debutado en Primera, pero se adueñaría del puesto recién en la temporada siguiente, con la partida de Teresa a Belgrano (Córdoba). En el Apertura, el goleador del equipo fue Adrián Blas Taffarell, con 5 goles; en el Clausura, con solo 3, Alfredo Turdó y el Negrito González; los goleadores del torneo, a su vez, fueron Ramón Díaz (14) y Diego Latorre con Darío Scotto (9).
En las figuritas de ese año, los jugadores de Ferro ocupaban las que iban del 105 al 118: una página completa, al lado de San Lorenzo, que tenía tres hojas. En la central, estaban los escudos de los 20 equipos de Primera, entre los que ese año estuvo Deportivo Mandiyú (Corrientes).
En Ferro, atrás también jugaban el Ratón Ayala y el Ciruja Garré, nada menos. El Gringo Cristofanelli acompañaba en el medio. Y adelante estaban el Bochón Biazotti y Mario Pobersnik, que compartió figurita con Carpecho Fernández como a Burgos le tocó con el Pepe Forte.