Ferro se hizo fuerte en 2015. Marcelo Broggi, el director técnico, logró una formación estable y un patrón de juego que, principalmente, le garantizó al equipo pocos goles en contra. Adelante tenía sus variantes: con el Pupi Salmerón, para empezar, el apoyo del Chino Vizcarra y varios pibes pidiendo pista. Cuando nos tocó enfrentar a Rosario Central por los octavos de final de la Copa Argentina, la expectativa era enorme.
Veníamos de eliminar a Los Andes de manera heroica, con remontada y penales. En el medio, le ganamos a Independiente Rivadavia (Mendoza) y Guaraní (Misiones) por el torneo. Nuestra tribuna en la cancha de Huracán, donde jugamos contra los rosarinos, se llenó bien temprano la noche de 27 de agosto. Formamos así: Christian Limousin; Eduardo Casais, Pablo Frontini, David Achucarro, Rodrigo Mazur; Guillermo Vernetti, Julio Mozzo, Brian Aquino, Israel Coll; Vizcarra y el Pupi.
Esta es la entrada del partido. Fue cerrado, con pocas llegadas. 0 a 0. En los penales, Salmerón falló el primero Limu no pudo atajar ninguno. Quedamos afuera, pero el torneo seguía su curso y ese equipo tenía más para dar.