Una de las claves del Ferro inolvidable de los 80s fue el cuerpo técnico. Un dream team que se formó a sí mismo, que generó resultados históricos para el club y que sumo transmitir valores más allá del juego. Se conocieron en 1980: Carlos Timoteo Griguol, su el preparados físico Luis María Bonini y el ayudante de campo Carlos Daniel Aimar. Todos quienes los conocieron hablan maravillas de ellos.
Esta foto fue tomada por un periodista del diario Tiempo Argentino en 1983; seguramente para acompañar alguna entrevista. Los tres cerebros de Ferro están conversando en el buffet del club, entre cafés y botellas de 7 Up. Da la sensación de que están en una de las mesas pegadas a la pared que da al hall de la sede. Arriba de Timoteo se llega a ver uno de los cuadros con los campeones del club que decoraban el lugar.
Griguol tenía entonces 49 años; desde hacía mucho le decían Viejo. Ferro ya había sido campeón del Nacional y ese año iba a jugar la Copa Libertadores. Bonini, responsable de que nuestros jugadores fueran aviones, tenía 35. Y el Cai, motor de las canteras de Ferro, apenas 33.
Disueltos como equipo, siguieron siendo amigos. En 1992, el profe Bonini se fue a trabajar con Marcelo Bielsa al Atlas (México). El Cai se abrió su camino como técnico, primero en Deportivo Español, después en Boca y finalmente en el fútbol español. Y Timo le dio brillo a Gimnasia (La Plata). Los tres desarrollaron carreras muy exitosas, pero más que por los resultados, porque son considerados maestros.