Carlos Timoteo Griguol, la figura más importante de la historia del fútbol de Ferro, dejó un legado de valor incalculable para el club. El del fútbol -el juego- es el más conocido, no solo por las dos estrellas. Lo mismo con la planificación, el esfuerzo en lugar de los atajos, el estudio de cada detalle, el cultivo de las divisiones inferiores y otros preceptos de los que lamentablemente nos fuimos apartando. Menos conocido es que el Viejo era un tipo de lo más divertido, que en todos los planteles estimuló tanto el respeto como la confianza mutua y, a su momento, la diversión. Lo cuentan todos sus jugadores; estas fotos son otra prueba.
Los mismos medios de comunicación que cancelaban el método Timoteo de plantear los partidos, le hicieron fama de hosco. Y la verdad es que Timoteo era un cordobés de lo más jodón. En las pretemporadas de Villa Giardino, todos los años organizaba obras de teatro interpretadas por el plantel, por todos sus colaboradores y por él mismo, en el escenario del hotel de Luz y Fuerza, abiertas a todo público. Y algo parecido ocurría con La Fiesta del Salame, que después llevó a Gimnasia, en las que nadie podía ir vestido con ropa común y silvestre.
Esta colección de imágenes podría pertenecer a alguna de esas ocasiones. Héctor Raúl Cúper, siempre serio, acá aparece vestido de mujer. Carlitos Arregui y Cacho Saccardi comparten escena, un como enfermero y otro como torero. ¿Ese bebé tomando la mamadera es Titi Crocco? ¿Y quién es el Zorro que acompaña a Super Bonini? Luis Andreuchi parece uno de los que flanquea a Oscar Acosta, con vestido de novia. ¿Y Timoteo, con la cámara de todos, le quería sacar trabajo al Mudo Aleva?
Al momento de trabajar, se dejaba la última gota de transpiración; al momento de divertirse, también. Esa es otra lección de Timoteo.