En aquellos tiempos, las plateas eran numeradas; tanto las que se compraban el día de partido como los abonos. Igual que en el cine, quien llegaba a ver a Ferro tenía que darle su entrada a un acomodador -guardapolvo azul, escudo de Ferro en el pecho- para que lo llevara hasta su asiento. Algunos eran empleados del club; otros, chicos del Departamento de Cadetes que se hacían de unas propinas. Ese domingo, el de la foto, Ferro le ganó 3 a 0 a Colón.