Boca-River tuvieron oportunidad de enfrentarse -con varios papelones a lo largo de tres semanas- en la instancia más decisiva del principal torneo continental. Ferro y Vélez tuvieron la suya en un campeonato doméstico: la semifinal del Nacional de 1981. Fue Ferro el que pasó de fase y Vélez, el que quedó eliminado.
El ballet de Timoteo había ganado el Grupo B -por encima de River- y venía de eliminar en cuartos a Gimnasia (Jujuy). Vélez, por su lado, había sido segundo de Independiente en la zona C y acababa de dejar afuera a Boca. Ferro llevaba 10 clásicos sin poder ganar y empezaba una década de clara paternidad sobre su rival barrial.
El miércoles 9 de diciembre se encontraron en Liniers. Ferro ganó 2 a 1. Primer gol de Carlitos Arregui, arrasando a Jorge Bartero y dejando despatarrado sobre la línea de meta al central Omar Jorge; el segundo -después de un empate de Carlos Bianchi de penal- fue el Fino Cañete, desde un ángulo imposible.
Se volvieron a encontrar el domingo 12, en el Templo de Madera. La cancha tan llena como se ve en esta foto del Mudo. El empate favorecía a Ferro. Faltando 6 minutos para el final del partido, un tiro libre de Bianchi le daba a Vélez la posibilidad de ir a un alargue. Pero faltando 3, el uruguayo Jiménez -ex Vélez- se dejó atorar por Bartero en otro mano a mano, alcanzó a habilitar de espaldas a Arregui y Carlitos, que venía de atrás como una locomotora, metió el derechazo que dejó a Ferro en la final.
Quien va detrás suyo en la imagen es Palito Brandoni. El festejo es hermoso, con un hincha que entra al campo de juego para abrazar al goleador y la tribuna que explota al fondo.
El rival sería River y la historia es conocida; Ferro ya tendría tiempo de salir campeón.